24-febrero
2015
7 reglas para tomar buenas fotografías borrosas
Harry Fisch
Realizada durante un viaje de Nomad Expediciones Fotográficas a Benarés, a las cinco de la mañana, esta fotografía consigue reflejar el mágico momento de un baño a las orillas del Ganges. La obsesión por la definición y la luz podrían haber estropeado esta toma tan especial. Más allá del planteamiento estético y la composición, común a toda actividad fotográfica, la técnica tiene un papel importante en este tipo de fotografías.
Regla nº1: No hay reglas.-
La creatividad manda. Hay fotógrafos como Antoine D’Agata que hacen de la fotografía borrosa una forma de expresión, casi la firma del autor.
Otros como Mc Curry la utilizan para, solo en situaciones puntuales, señalar el movimiento. La velocidad adecuada no existe salvo que puedas repetir exactamente las condiciones.
Regla nº2.- Lo borroso es un argumento creativo.-
El movimiento por el movimiento no deja de ser un mero número circense, un efecto inútil. Lo borroso en la fotografía, “Blur” en inglés, tiene sentido cuando cumple una función en el mensaje que quiere transmitir el fotógrafo y dentro del propio lenguaje.
Regla nº3.- Piensa en lo que quieres expresar.-
En ocasiones puede que un feliz accidente obtenga un buen resultado. Lo cierto es que tienes muchas más posibilidades si piensas en lo que vas a hacer antes de hacerlo. El “blur” es un recurso creativo que debe ser razonablemente controlado y siempre previsto.¿Quieres expresar velocidad? ¿Misterio? ¿Movimiento? Cada resultado requiere de una planificación distinta. Imagínatelo antes de planificar la toma.
Regla nº4.- En fotografía, el movimiento continuo es el caos.-
No todo debe estar borroso. La fotografía es un arte que resulta de contrastes: claro/oscuro, nítido/borroso, cercano/lejano. El mejor resultado en una foto “borrosa” o poco definida se suele obtener cuando solo parte de la fotografía resulta indefinida. Cuanto más nítida sea la parte estable, mayor el contraste, y es precisamente esa diferencia, ese contraste, lo que provoca la sensación de movimiento en el observador.
Regla nº5.- ¡Equivócate! -
Haz varias fotos de prueba con diferentes velocidades, siendo consciente de que solo son la preparación de la futura y definitiva toma. Observa el resultado y cuida especialmente la exposición. Hemos dicho que la foto movida requiere planificación. Así que…¡Tómate tu tiempo! La fotografía digital te permite utilizar mucho más el mecanismo de prueba y error gracias a la visión inmediata de la captura. Ponte en la mejor situación de acuerdo con tu diseño de imagen y adecua los controles de la cámara a tu propósito. Con calma.
Regla nº6.- Escoje la mejor velocidad-
¿Y cual es? Depende.
No es lo mismo buscar el movimiento de un ciclista en una carrera, que el de un paseante en una galería o el los fieles bañándose en Benarés. Además, el grado de movimiento que se quiera reflejar es un factor definitivo. En el caso de la fotografía del baño en Benarés únicamente pretendía crear un halo de misterio. Un, casi, imperceptible movimiento, como lo que vemos en los sueños. En la de los peregrinos en Bodhnath, el sentido dinámico de la gente alrededor de la estupa.
Para las fotos estáticas cuando los sujetos están sentados o en pie, casi sin moverse, puede ser una exposición tan lenta como ¼ de segundo. Si, además, los sujetos se quedan quietos, puede que, a pesar de la lenta exposición, el movimiento sea casi imperceptible. En la calle, con la gente andando puede ser de 1/8 de segundo, 1/15.
Si quieres que se produzca una masa que denote movimiento, por ejemplo, la gente paseando en una exposición, a veces tienes que usar exposiciones abiertas, dejando que las personas “manchen” con su movimiento la imagen, en contraste con lo que permanece estático.
Regla nº 7.- Ayuda a la suerte
Si algo necesita suerte, es la fotografía del movimiento…
Cuando lo que buscas es la estética de lo impredecible, del movimiento, o de lo borroso, debes poner algo de tu parte para conseguir que la suerte te ayude. Suelo apostarme en el sitio escogido, plantado, haciendo foto tras foto con diferentes velocidades. A veces miro el reloj y he pasado 30 minutos, en el mismo sitio, con un ojo en la cámara y otro en lo que me rodea.
Esperando que la suerte se produzca, con paciencia y dedicación.